jueves, 18 de junio de 2015

ASTRONAUTA



La nave nodriza se quedó fuera de la atmósfera, nuestro pequeño cohete descendió como decenas de otros en diferentes zonas del tercer planeta.

Mis progenitores me dejaron bajar con ellos así como a mis 37 hermanos y hermanas, somos la familia promedio de Kropus, mi hogar.

Soy aventurero a pesar de mi corta edad, apenas 206 gruples, voy descubriendo esa superficie seca y monótona, todo es del mismo color, sólo se diferencia en que hay lugares que suben y bajan como montículos grandes.
Mis hermanos corren en grupo, yo prefiero explorar solo. No estaremos por mucho tiempo. Les toma a mis padres solo unas horas recoger las muestras que necesitan.

Subo como puedo el montículo más alto que encuentro para ver como se ve ese mundo desde arriba.

La gran bola incandescente brilla muy fuerte en ese extraño cielo azul, me ciega mientras bajo de donde he subido. Mi bota resbala y  ruedo golpeando mi casco con una parte muy dura de esa tierra.

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Abro los ojos, el cielo azul se ha convertido en, un aún más extraño, cielo anaranjado, me incorporo como puedo, el casco no se ha roto y puedo respirar, tengo reserva para unos días más. Me apuro en buscar a los míos, no se quedarán por mucho. Camino lo más rápido que esta atmósfera me permite.

- ¡Nadie! ¡Ninguna nave! ¡Ninguno de mis hermanos!

- ¿Qué hare ahora? ¿Cuándo se darán cuenta de que falto?¿lo harán?

Me quedo en el mismo sitio esperando, mirando las diminutas formas de vida que encuentro arrastrándose.

El cielo se pone oscuro por un tiempo para volver a ser azul. Sigo esperando, el cielo se oscurece y aclara dos veces más. Tengo que hacer algo para que me encuentren cuando  pasen nuevamente por este planeta azul.

Rebuscando, encuentro una piedra que pinta, no dibujo muy bien pero hago lo posible, creo que podrán verlo desde el cielo.

Tres cambios más del color del cielo. Me cuesta respirar. Mis ojos están secos, trato de que mis pensamientos lleguen hasta cualquiera de mi especie, creo que no vieron mi dibujo.

Me acostaré, mis cortas piernas están cansadas y mis grandes ojos me pesan, es raro, todo se está poniendo oscuro antes de lo usual, casi no respiro, descansaré, sólo espero que pasen antes de que mi dibujo desaparezca, los dibujos no duran para siempre.

"El Astronauta" - Líneas de Nazca - Perú (perdura hasta nuestros días)

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